Aquí estoy de vuelta luego de una interesante semana sin trabajar por otra de esas cosas raras que pienso me suceden sólo a mí. Resulta que una partícula viajera decidió tomarse unas vacaciones en mi ojo. Supongo que por ser el anticipo a la Semana Mayor pues ella penso que era mejor llegar temprano antes de que se abarrotara de gente y no tuviera donde ir. Llegó el domingo 13 de marzo, pero no la noté hasta el lunes 14 cuando comencé a sentir que me ardía el bendito ojo y creyendo que era una irritación menor me lo inundé de cuanta gota habida y por haber. Ya por la noche viendo que se ponía peor y que el dolor era insoportable me decidí a ir al hospital. Hace mas de 4 años que no voy a una sala de urgencias y me sorprendió el hecho de que cada día con esto de la tecnología y las leyes de privacidad nos estamos volviendo como que más impersonales. Digo esto porque cuando llegué no había nadie detrás del cristal donde se suponía hubiese una persona de carne y hueso que te pregunte el nombre y que plan médico tienes (no necesariamente en ese orden) en su lugar había una computadora. Pues resulta que ahora usted se anota solito en la computadora y ella misma te pone en turno. Pero claro, como la computadora no habla, no sonríe ni se cansa... ¡Qué rayos iba yo a saber! Después de estar como 10 minutos parada frente al dichoso cristal fue que me dió con preguntar... Tuve que esperar como 2 horas para que me viera una doctora. Ella, muy eficiente, me "pintó" la córnea con un tinte especial para esos fines y me dijo que tenía una partícula en el ojo pero que iba a pedir una segunda opinión. Gracias le doy por esto pues hay doctores que te ven un ojo rojo y dicen que tienes conjuntivitis, sin siquiera mirarte, te recetan unas gotas y te mandan para tu casa. La segunda opinión dijo que tenía una úlcera en la córnea, que fuera al día siguiente a visitar un oftalmólogo. Me pusieron un parche en el ojo y me mandaron para mi casita. Al otro día (martes 15), el oftalmólogo me dijo que, en efecto, tenía una úlcera como consecuencia del uso prolongado de los lentes de contacto. Me dió tremendo sermón, me quitó el parcho y me recetó una crema antibiótica y me dijo que regresara el jueves. El bendito ojo me seguía molestando, estaba hinchado y ni hablar de cómo me sentía cuando me daba la luz. Cuando volví el jueves el oftalmólogo me dijo que no tenía ninguna úlcera sino que era una partícula que estaba alojada en la córnea y estaba cubierta por el epitelio. Me "operó" allí mismo en la oficina. El procedimiento fue bastante sencillo, pero no por eso deja de ser traumático y todo un acontecimiento para una pobre muchacha como yo ('dito) que no está acostumbrada a que le pongan, primero, unas gotas que te adormecen el ojo de manera tal que lo que sientes es que se te están saliendo las tripas por ahí, que luego te acuesten en una camilla y te pongan un "espatarraojos" para luego "esculcarte" con un aparato de metal parecido a una aguja, para poder sacar la dichosa "paja". Media hora más tarde me empezó a doler aquello como el demonio, estaba volviéndome loca, estaba ciega, desesperada, histérica.... qué no me dió... je,je,je. El sábado, tan pronto abrí el ojo que me quedaba bueno, me arranqué el parcho de mierda del otro ojo. Ya me siento mejor aunque todavía me molesta la luz del sol y tengo que usar gafas. No podré usar lentes de contacto por un buen rato, pero al menos no me quedé ciega, así que nada ya estoy de vuelta o algo... :P