Hoy charlamos mucho rato, querida hermana. ¿Hacía cuánto tiempo no nos sentabamos juntas a recordar nuestra infancia? Honestamente, yo tampoco lo recuerdo.
A veces, uno se olvida de ir al pasado a buscar recuerdos hermosos. A veces, sólo bajamos a ese sótano a buscar cosas feas, cosas dolorosas... Pero hoy bajamos juntas, hermana mía, de la mano. ¡Y que mucho nos divertimos!
Fuimos corriendo por los campos de Aibonito, volvimos a comer guayabas, fresas, parchas... Evocamos el olor del café que abuela Rita tostaba en nuestro propio patio. Volvimos a cantar y a bailar juntas las canciones de "La Pandilla".
Jugamos de nuevo con nuestras muñecas, volvimos a hacer bizcochos de fango, a correr patines, bicicleta... Hicimos muchas travesuras... pobrecita de la vecina, volvimos a ensuciarle la ropa que tenía colgando afuera... ¿Recuerdas nuestros concursos de belleza, vestidas con las cortinas de la sala y una corona de cartón?
¿Cuándo dejamos de ser niñas? ¿En qué momento crecimos y nos olvidamos de todas estas cosas tan hermosas que pasaron? Honestamente, no sé. Pero gracias por acompañarme en este fascinante viaje de esta noche. Definitivamente debemos ir mas a menudo al sótano del pasado y traer estos recuerdos que tanto nos llenan de alegría y nos alivian un poco los pesares de estos días de adultas...
Gracias hermana, te quiero... J.
Wednesday, October 20, 2004
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